Ante la campaña iniciada bajo el título “Salvem l’estació de tren de Sant Feliu de Llobregat”, puesta en marcha con motivo de la amenaza de derribo que pesa sobre el edificio ferroviario de esta localidad barcelonesa, cabe expresar lo siguiente:
El edificio de la estación de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) es un clarísimo ejemplo de nuestra primitiva arquitectura ferroviaria. No sólo catalana, sino también española. Su diseño muestra ejemplarmente la capacidad de conjugar la adaptación a las necesidades del momento, por lo que se refiere al servicio público a prestar, con los criterios estéticos de la dirección de las empresas ferroviarias de la época. Constituye, por tanto, una muestra de valor incalculable respecto, no sólo a nuestro pasado ferroviario, sino a nuestra trayectoria empresarial, artística y social.
En un país donde la especulación y la insensibilidad histórica han llevado a sangrantes episodios de destrucción de nuestro valiosísimo patrimonio, sobre todo en materia de arqueología industrial, resulta inconcebible que, en pleno siglo XXI, pueda llegar todavía a plantearse la demolición de un edifico arquitectónico como el que analizamos.
El edificio de la estación de Sant Feliu de Llobregat lleva en pie desde la inauguración de la línea a la que pertenece, formando parte, no ya de la historia local, sino de la del país en su conjunto. Es, en definitiva, un claro exponente de nuestra memoria histórica colectiva.
En consecuencia, desde el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español, consideramos que el derribo del edificio de la estación de ferrocarril de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) constituiría un gravísimo atentado patrimonial y un ataque a nuestra memoria histórica colectiva.
Ontaneda (Cantabria), 6 de agosto de 2010
Ricardo Oliver
Presidente
El edificio de la estación de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) es un clarísimo ejemplo de nuestra primitiva arquitectura ferroviaria. No sólo catalana, sino también española. Su diseño muestra ejemplarmente la capacidad de conjugar la adaptación a las necesidades del momento, por lo que se refiere al servicio público a prestar, con los criterios estéticos de la dirección de las empresas ferroviarias de la época. Constituye, por tanto, una muestra de valor incalculable respecto, no sólo a nuestro pasado ferroviario, sino a nuestra trayectoria empresarial, artística y social.
En un país donde la especulación y la insensibilidad histórica han llevado a sangrantes episodios de destrucción de nuestro valiosísimo patrimonio, sobre todo en materia de arqueología industrial, resulta inconcebible que, en pleno siglo XXI, pueda llegar todavía a plantearse la demolición de un edifico arquitectónico como el que analizamos.
El edificio de la estación de Sant Feliu de Llobregat lleva en pie desde la inauguración de la línea a la que pertenece, formando parte, no ya de la historia local, sino de la del país en su conjunto. Es, en definitiva, un claro exponente de nuestra memoria histórica colectiva.
En consecuencia, desde el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español, consideramos que el derribo del edificio de la estación de ferrocarril de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) constituiría un gravísimo atentado patrimonial y un ataque a nuestra memoria histórica colectiva.
Ontaneda (Cantabria), 6 de agosto de 2010
Ricardo Oliver
Presidente
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