Salvem l’Estació del tren
de Sant Feliu de Llobregat
Plataforma ciutadana en defensa del patrimoni històric col·lectiu de Sant Feliu


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L’Estació de Sant Feliu de Llobregat

Puja al tren per salvar una Estació amb 165 anys d’història!

L'arribada del ferrocarril l’any 1854 va comportar grans canvis a la nostra ciutat en la millora de la mobilitat, en la industrialització i en el comerç i d’intercanvi econòmic amb les altres poblacions, així com en la fesomia de la ciutat que es va expandir agafant com a eix vertebrador l’Estació del ferrocarril amb l’obertura de nous carrers. Ja des dels primers moments l’Estació es va convertir en el nou pol d’atenció del poble ja que tenia una intensa activitat comercial.

L’edifici de l’Estació té tres cossos, el central més gran s’utilitzava de sala d’espera i s’accedia a través d’un passadís des d’una de les naus laterals un cop comprat el bitllet a les taquilles. A la nau on avui hi ha el bar hi havia l’habitatge del cap d’estació. L'estació de Sant Feliu sorprèn per la forma en arc de mig punt de les seves portes i finestres de la façana del costat de l’andana. En el moment de la seva construcció un altre element que va cridar molt l’atenció fou l’arquitectura que seguí els models arquitectònics anglesos de l’època i la riquesa dels materials emprats per a la seva construcció i decoració.

Actualment l’edifici de l’Estació de Sant Feliu és, juntament amb els de Sant Andreu Comtal i Cornellà de Llobregat, el més antic de Catalunya i d’Espanya que es conserva en funcionament dels inicis del ferrocarril.

dilluns, 28 de setembre del 2020

Oposición al derribo de la histórica estación de tren de Sant Feliu de Llobregat (El Mundo)

El proyecto para soterrar las vías del tren de la ciudad supone la demolición del edificio, pero algunas plataformas vecinales recuerdan su valor patrimonial


Estación de Sant Feliu. Antonio Moreno

Héctor Marín
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La estación ferroviaria de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), de 166 años de antigüedad, va a ser demolida antes de que acabe el 2020. Así lo han decidido el administrador ferroviario Adif y el Ayuntamiento, a pesar de la pérdida patrimonial que supondrá tirarla abajo, a pesar de la presión ejercida por plataformas vecinales contrarias a la desaparición del histórico edificio.

La estación de la capital del Baix Llobregat es, junto a las de Cornellà de Llobregat y Sant Andreu Comtal -esta, en la ciudad de Barcelona-, la más antigua de España que aún presta servicio. Las tres se pusieron en marcha en 1854, pero solo la de Sant Feliu está amenazada por las excavadoras.

La peligrosidad del paso a nivel de Sant Feliu, con 30 atropellamientos mortales desde los años 90 (uno al año), es uno de los principales motivos por los que el Ayuntamiento lleva años exigiendo el soterramiento de las vías férreas. Unas 10.000 personas cruzan a diario el viejo paso a nivel. El proyecto de ocultación de las vías que atraviesan tres kilómetros de la ciudad, una reivindicación de los dirigentes y los vecinos desde 1980, podría iniciarse a finales de año. E implicarían la demolición de la estación. Pero los ciudadanos movilizados para salvar el edificio no lo ven todo perdido.

Jaume Solé es un vecino de Sant Feliu que lleva diez años quitando tiempo a sus momentos de ocio para buscar alternativas a la desaparición de la estación. La defensa del patrimonio se ha convertido en un reto para él y sus decenas de aliados en el proyecto Salvem l'Estació del Tren. La plataforma ciudadana propone la introducción de cambios en el proyecto: «La alternativa que hemos encontrado es un traslado de unos metros del edificio o la protección de determinados materiales para reconstruirlo, pieza a pieza, con el máximo de elementos del original», explica Solé. «Proponemos que se encargue el proyecto a un estudio arqueológico profesional. Queremos protegerlo tal y como está actualmente. La realidad es que Adif no ha recibido la petición del Ayuntamiento para proteger un edificio histórico, según nos han dicho desde el propio administrador ferroviario», añade.

En Adif, se remiten a un encuentro que mantendrá con el Consistorio para tratar el asunto. En la comunicación escrita enviada a los vecinos, el administrador ferroviario asegura estar dispuesto a ceder la estación al Ayuntamiento si éste se hace cargo del presupuesto del traslado o reciclaje. Según Solé, no se ha tenido en cuenta la importancia del edificio en el mundo del ferrocarril. «En Terrassa se ha llevado un proyecto similar sin dañar la estación. Ese es un ejemplo claro de que en algunas circunstancias Adif y la administración local sí dieron valor a la conservación de la estación. En Sant Feliu no fue así», lamenta.

SOTERRAMIENTO

El Ayuntamiento, tras cuatro décadas reclamando la ejecución de la gran obra de la ciudad, teme que el proyecto del soterramiento quede paralizado de nuevo si se pone a defender ahora la continuidad de la mítica estación. Pero a la presión de los activistas locales se ha sumado ahora la de la asociación Hispania Nostra, que ha incluido en su Lista Roja del Patrimonio a la estación de Sant Feliu junto a otros 800 edificios en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. «Es un testimonio único de la influencia de la arquitectura ferroviaria inglesa en el inicio del ferrocarril en España», indican desde la entidad, que destaca la importancia del puente de la riera de la Salud, también amenazado por las obras, y avisa de que la demolición causaría «una gran pérdida del patrimonio de la ciudad y del Baix Llobregat.


Vías de la estación. A. MORENO

A pocos meses del inicio previsto de las obras, el futuro de la histórica estación está en juego. «No todo está perdido, pero el edificio está condenado sin que haya motivos técnicos para demolerlo», apunta Solé, que cuenta con el apoyo de varios historiadores y entidades de patrimonio y es partidario tanto del soterramiento como de la pervivencia de la estación. «El día que la tiren, mucha gente quedará retratada. Su valor histórico es indudable dentro del mundo ferroviario, pero además el Ayuntamiento quedará como la administración que no quiso proteger el patrimonio, sin demostrar sensibilidad».

Aún hay esperanza, insisten en Salvem l'Estació de Tren, pero el Consistorio no está dispuesto a renunciar a un macroproyecto de unos 120 millones de euros por el que lleva peleando incansablemente cuatro décadas. La alcaldesa de Sant Feliu, Lídia Muñoz, es consciente de que el histórico edificio tiene un valor emocional y arquitectónico mayúsculo para muchos vecinos. «Debemos dar con la fórmula para conservarlo a nivel de memoria», admite la primera edil, que deja la puerta abierta tanto a la conservación de los elementos ornamentales más relevantes para ser expuestos en la futura estación como a su reconstrucción, pieza a pieza, en otro lugar del municipio para que adquiera un nuevo uso ciudadano.

Los vecinos partidarios de la conservación, sin darlo todo por perdido, temen el día en el que pasen por la plaza y la estación haya desaparecido 166 años después.

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