Hispania Nostra se opone a la demolición prevista por el Ayuntamiento y Adif.
Teresa Merello De Miguel
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Salvo que se logren alterar los planes previstos por el Ayuntamiento y Adif, la estación del ferrocarril de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) y el puente de la riera de la Salud serán demolidos y 166 años de la historia del mismo se perderán irremediablemente. La demolición constituye una gran pérdida para el patrimonio de la ciudad, de la historia industrial de la comarca del Baix Llobregat, de Cataluña y de toda España. El riesgo de demolición es inminente.
Por estos motivos, la estación de ferrocarril de Sant Feliu de Llobregat acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
En 2019, la empresa Administración de Infraestructuras ferroviarias (Adif), adjudicó las obras de soterramiento de las vías del ferrocarril. En la redacción del proyecto no se tuvo en consideración mantener los elementos de patrimonio industrial ferroviario y la ejecución de las obras contempla la demolición de la estación del ferrocarril y del puente de la riera de la Salud.
Tanto Adif como el Ayuntamiento sostienen que la voluntad de demoler estos elementos de patrimonio se basa en que irremediablemente imposibilitarían el soterramiento de las vías del tren. Cabe señalar que se trata de un argumento tergiversado de la realidad, puesto que no se han valorado ni estudiado alternativas.
Existen excelentes ejemplos de obras de soterramiento de vías y conservación de estaciones ferroviarias históricas, como es el caso de la estación de viajeros de Vilafranca del Penedès (1865), Vic (1875), Sabadell (1889) y Terrassa (1901) en Barcelona.
En 2014 se llevaron a cabo unas obras para dar accesibilidad a personas con movilidad reducida. El edificio conserva la integridad original que se ha visto ligeramente alterada, pero no se ha destruido ninguna de sus partes. Ahora, eso podría cambiar.
En cuanto al interior, está modificado para dar servicio a las nuevas necesidades de ADIF. En estos momentos se está reclamando al Ayuntamiento y a ADIF una intervención arqueológica que determine qué elementos pueden salvaguardarse. Según parece, es muy probable que se puedan recuperar suelos, vigas, cenefas, rosetones, etc.
La estación de Sant Feliu de Llobregat es un testimonio único de la influencia de la arquitectura ferroviaria inglesa en el inicio del ferrocarril en España. Además, presenta grandes similitudes con la antigua estación de Belper (1840-1973) en la línea Derby-Chesterfield.
La Estación pertenece a línea Barcelona-Molins de Rei, inaugurada en 1854 por la “Sociedad Camino de Hierro del Centro”. Es una de las cuatro estaciones más antiguas de España y Cataluña que aún están en funcionamiento, y conservan su integridad y la autenticidad de las pioneras estaciones ferroviarias erigidas a raíz de la llegada del ferrocarril.
Se trata de un edificio de estilo neoclásico con elementos italianizantes, propio de la segunda mitad del siglo XIX. De aspecto austero, muestra un gran sentido de elegancia y dignidad.
El edificio se encuentra aislado. De planta baja, es de sección rectangular alargada de aproximadamente 10 metros de ancho por 39 metros de largo, una superficie aproximada de 285 metros cuadrados. Tiene tres cuerpos diferenciados según una composición dinámica de la volumetría y dominado por una clara simetría. Si bien todas las ventanas de la fachada principal y de las fachadas laterales son adinteladas, el edificio sorprende por la forma en arco de medio punto de sus puertas y ventanas de la fachada que da acceso al andén, típicamente de estilo georgiano.
Las fachadas están enlucidas y pintadas de blanco, aunque resaltan unos sillares falsos de piedras labradas entrelazadas en todos los ángulos del edificio, ventanas y puertas. Las cuatro fachadas responden a una composición simétrica y están rematadas por una cornisa que refuerza la horizontalidad del edificio. La cubierta es plana, siguiendo el modelo constructivo de cubierta catalana, y sobre la cornisa se levanta una balaustrada de barandillas caladas de ladrillo.
A parte del valor singular intrínseco de la estación se debe añadir el valor patrimonial del conjunto de la línea donde se conservan tres de las cuatro estaciones más antiguas en funcionamiento y el puente de la riera de la Salud, uno de los primeros puentes construidos íntegramente en ladrillo, constituyendo un conjunto ferroviario único en España. Esta línea tiene además la singularidad de ser la primera línea en disponer de doble vía en todo su recorrido situándola a la vanguardia en el desarrollo ferroviario en España.
Michel de Bergue diseñó la construcción de la línea basándose en el modelo constructivo británico de la época. Inglaterra estaba a la vanguardia europea en la tecnología del ferrocarril y todo el material de hierro de la línea se importó del Reino Unido. La construcción de las estaciones, los túneles y los puentes siguieron los mismos criterios de la arquitectura ferroviaria inglesa.
Teresa Merello De Miguel
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Salvo que se logren alterar los planes previstos por el Ayuntamiento y Adif, la estación del ferrocarril de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) y el puente de la riera de la Salud serán demolidos y 166 años de la historia del mismo se perderán irremediablemente. La demolición constituye una gran pérdida para el patrimonio de la ciudad, de la historia industrial de la comarca del Baix Llobregat, de Cataluña y de toda España. El riesgo de demolición es inminente.
Por estos motivos, la estación de ferrocarril de Sant Feliu de Llobregat acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
En 2019, la empresa Administración de Infraestructuras ferroviarias (Adif), adjudicó las obras de soterramiento de las vías del ferrocarril. En la redacción del proyecto no se tuvo en consideración mantener los elementos de patrimonio industrial ferroviario y la ejecución de las obras contempla la demolición de la estación del ferrocarril y del puente de la riera de la Salud.
Tanto Adif como el Ayuntamiento sostienen que la voluntad de demoler estos elementos de patrimonio se basa en que irremediablemente imposibilitarían el soterramiento de las vías del tren. Cabe señalar que se trata de un argumento tergiversado de la realidad, puesto que no se han valorado ni estudiado alternativas.
Existen excelentes ejemplos de obras de soterramiento de vías y conservación de estaciones ferroviarias históricas, como es el caso de la estación de viajeros de Vilafranca del Penedès (1865), Vic (1875), Sabadell (1889) y Terrassa (1901) en Barcelona.
En 2014 se llevaron a cabo unas obras para dar accesibilidad a personas con movilidad reducida. El edificio conserva la integridad original que se ha visto ligeramente alterada, pero no se ha destruido ninguna de sus partes. Ahora, eso podría cambiar.
En cuanto al interior, está modificado para dar servicio a las nuevas necesidades de ADIF. En estos momentos se está reclamando al Ayuntamiento y a ADIF una intervención arqueológica que determine qué elementos pueden salvaguardarse. Según parece, es muy probable que se puedan recuperar suelos, vigas, cenefas, rosetones, etc.
La estación de Sant Feliu de Llobregat es un testimonio único de la influencia de la arquitectura ferroviaria inglesa en el inicio del ferrocarril en España. Además, presenta grandes similitudes con la antigua estación de Belper (1840-1973) en la línea Derby-Chesterfield.
La Estación pertenece a línea Barcelona-Molins de Rei, inaugurada en 1854 por la “Sociedad Camino de Hierro del Centro”. Es una de las cuatro estaciones más antiguas de España y Cataluña que aún están en funcionamiento, y conservan su integridad y la autenticidad de las pioneras estaciones ferroviarias erigidas a raíz de la llegada del ferrocarril.
Se trata de un edificio de estilo neoclásico con elementos italianizantes, propio de la segunda mitad del siglo XIX. De aspecto austero, muestra un gran sentido de elegancia y dignidad.
El edificio se encuentra aislado. De planta baja, es de sección rectangular alargada de aproximadamente 10 metros de ancho por 39 metros de largo, una superficie aproximada de 285 metros cuadrados. Tiene tres cuerpos diferenciados según una composición dinámica de la volumetría y dominado por una clara simetría. Si bien todas las ventanas de la fachada principal y de las fachadas laterales son adinteladas, el edificio sorprende por la forma en arco de medio punto de sus puertas y ventanas de la fachada que da acceso al andén, típicamente de estilo georgiano.
Las fachadas están enlucidas y pintadas de blanco, aunque resaltan unos sillares falsos de piedras labradas entrelazadas en todos los ángulos del edificio, ventanas y puertas. Las cuatro fachadas responden a una composición simétrica y están rematadas por una cornisa que refuerza la horizontalidad del edificio. La cubierta es plana, siguiendo el modelo constructivo de cubierta catalana, y sobre la cornisa se levanta una balaustrada de barandillas caladas de ladrillo.
A parte del valor singular intrínseco de la estación se debe añadir el valor patrimonial del conjunto de la línea donde se conservan tres de las cuatro estaciones más antiguas en funcionamiento y el puente de la riera de la Salud, uno de los primeros puentes construidos íntegramente en ladrillo, constituyendo un conjunto ferroviario único en España. Esta línea tiene además la singularidad de ser la primera línea en disponer de doble vía en todo su recorrido situándola a la vanguardia en el desarrollo ferroviario en España.
Michel de Bergue diseñó la construcción de la línea basándose en el modelo constructivo británico de la época. Inglaterra estaba a la vanguardia europea en la tecnología del ferrocarril y todo el material de hierro de la línea se importó del Reino Unido. La construcción de las estaciones, los túneles y los puentes siguieron los mismos criterios de la arquitectura ferroviaria inglesa.
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