Salvem l’Estació del tren
de Sant Feliu de Llobregat
Plataforma ciutadana en defensa del patrimoni històric col·lectiu de Sant Feliu


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L’Estació de Sant Feliu de Llobregat

Puja al tren per salvar una Estació amb 165 anys d’història!

L'arribada del ferrocarril l’any 1854 va comportar grans canvis a la nostra ciutat en la millora de la mobilitat, en la industrialització i en el comerç i d’intercanvi econòmic amb les altres poblacions, així com en la fesomia de la ciutat que es va expandir agafant com a eix vertebrador l’Estació del ferrocarril amb l’obertura de nous carrers. Ja des dels primers moments l’Estació es va convertir en el nou pol d’atenció del poble ja que tenia una intensa activitat comercial.

L’edifici de l’Estació té tres cossos, el central més gran s’utilitzava de sala d’espera i s’accedia a través d’un passadís des d’una de les naus laterals un cop comprat el bitllet a les taquilles. A la nau on avui hi ha el bar hi havia l’habitatge del cap d’estació. L'estació de Sant Feliu sorprèn per la forma en arc de mig punt de les seves portes i finestres de la façana del costat de l’andana. En el moment de la seva construcció un altre element que va cridar molt l’atenció fou l’arquitectura que seguí els models arquitectònics anglesos de l’època i la riquesa dels materials emprats per a la seva construcció i decoració.

Actualment l’edifici de l’Estació de Sant Feliu és, juntament amb els de Sant Andreu Comtal i Cornellà de Llobregat, el més antic de Catalunya i d’Espanya que es conserva en funcionament dels inicis del ferrocarril.

diumenge, 16 d’abril del 2023

La histórica estación de Sant Feliu sucumbe a la piqueta (La Vanguardia)

El soterramiento de las vías acaba con un edificio de 169 años


Operarios retirando elementos como las cámaras de seguridad el viernes, cuando aún estaba en servicio Pau Venteo / Shooting

David Guerrero
Llegir a La Vanguardia

El indulto que los defensores del patrimonio ferroviario solicitaban no ha llegado y la estación de Sant Feliu de Llobregat ha sido condenada a la piqueta. Los trenes han dejado de parar este fin de semana y se han cerrado definitivamente las puertas del histórico edificio que estaba en servicio desde 1854.

Su desaparición se debe a las obras de soterramiento de las vías del tren, que empezaron hace dos años y avanzan a buen ritmo por los extremos. Ahora afrontan el tramo central y ha llegado el momento de empezar a excavar para construir la futura estación justo debajo de la actual, que ha sido testigo de la transformación urbanística y económica de la capital del Baix Llobregat durante 169 años.
Los elementos patrimoniales serán preservados por si algún día se decide construir una réplica
En los próximas semanas se procederá al desmontaje de los elementos patrimoniales y el resto se derrumbará. Pasará a ser historia entonces uno de los tres edificios ferroviarios de viajeros más antiguos en servicio en España. Los otros dos son las estaciones de Cornellà y Molins de Rei, que ostentan el título de decanas y, de momento, no corren peligro de derrumbe. Hasta hace poco lo era Sant Andreu Comtal, jubilada a finales del año pasado, en aquel caso con mejor suerte que Sant Feliu ya que se mantendrá en pie con unos usos que el Ayuntamiento de Barcelona aún tiene que definir.

El administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) prefiere en este caso mirar hacia otro lado y pasa de puntillas sobre la polémica, dejando que el tema se solucione a nivel local aunque tanto la antigua estación como la nueva sean titularidad suya.


Uno de los últimos trenes pasando por la antigua estación de Sant Feliu de Llobregat Pau Venteo / Shooting

La intención del Ayuntamiento de Sant Feliu es incorporar algún elemento simbólico que recuerde el edificio histórico en el vestíbulo de la futura estación. Fue la opción refrendada por el 72% de los participantes en la consulta popular celebrada en el 2021 para elegir el modelo urbanístico que se llevará a cabo en el espacio ahora ocupado por las vías del tren y por donde está previsto que pasen las del tranvía. Dicha consulta confirmó la sentencia de muerte de la estación al imponerse la opción de crear un pequeño espacio memorial frente a la opción de hacer una réplica en otro emplazamiento, apoyada por el 26% de los votantes. “El gobierno municipal dio la oportunidad de salvarla y el resultado fue claro, así que el debate está cerrado”, zanja el alcalde de la ciudad, Oriol Bossa.

El hecho de que las propuestas a votación se acompañasen del coste que tendrían y la opción ganadora tuviese un presupuesto de 30.000 euros frente a los 825.000 que costaría construir una réplica pudo influir de manera determinante. “Fue una pregunta totalmente capciosa”, critica Jaume Solé, portavoz de la plataforma Salvem l’estació, que ha luchado desde el 2010 por la preservación del edificio. Recuerda con entusiasmo la lucha y el gran número de adhesiones locales, nacionales e internacionales que ha obtenido durante los últimos años pero ya ha asumido que la batalla está perdida.

Con todo, el Ayuntamiento ha firmado un convenio con el departamento de Patrimonio de Barcelona para realizar una deconstrucción controlada del edificio, conservando todos los elementos que sean posibles. “Las celosías, las piezas de cerámica, las balaustradas, el dintel... son materiales que se preservarán”, se consuela Solé. Esto deja abierta la puerta a que el gobierno municipal que salga de las próximas elecciones (si cambia de color) o alguien en un futuro más lejano pueda reconsiderar la idea y construir la réplica ahora descartada. “Su reproducción es factible porque se han documentado todos los elementos y la estructura”, destaca Esther Hachuel, arqueóloga y directora del Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat, que se muestra contraria a “meter en una vitrina la estación” y apuesta por “reconstruirla solo cuando haya un proyecto claro que le de un uso concreto y relevante al edificio”.

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